Caso 1: viajaba a Caracas luego de 5 días de permiso (yo estaba en la Escuela Técnica de la Armada) y me tocó un puesto en un buscama justo al lado del baño, de repente me despierto porque un viejito de unos 75 o más años de edad estaba tratando de abrir la puerta para usar el baño y no podía, la bulla me despertó y me pare para abrirle, “Gracias mijo” fue lo que me dijo, me volví a recostar en mi asiento, el autobús pega ese frenazo no se porque y escucho en el baño plum plan cataplum (las paredes del baño son de plástico), “Verga se escoñeto el viejito” dije yo, me para rápido para ayudarlo y abro la puerta del baño, mejor que no, estaba el viejo casi que con los pies en el urinario, la cabeza en el piso y el chaparro afuera, que iba a hacer, ya estaba ahí, cuando me pongo a ayudarlo a pararse salio no se de adonde una mujer y empezó a gritar que había un chamo robando a un viejo en el baño, casi me joden y el viejo ingrato tal vez por el susto ni siquiera aclaró que yo lo estaba ayudando.
Caso 2: iba a Puerto la Cruz desde Punto Fijo, un viaje largo en el que por fortuna no se vendieron todos los puestos y fui uno de los varios que nos quedamos con dos puestos, entonces estaba de lo más cómodo terminándome de acomodar una toalla para que no se me congelen las orejas cuando siento que me hablan por encima del asiento y me dicen “pobrecito, vas solito ¿te acompaño?” cuando abro los ojos y veo, un marico, cooooo no podía ser tan perfecto todo pensé y me limite a decirle “NO” cierro los ojos y estoy agarrando ya el sueño después de ver la película y me asusto cuando siento algo como un insecto caminándome por el cuello, adivinen quien era? Si, el marico ruino ese que metió la mano entre el asiento y la ventana buscando meterme mano dormido jejejeje, me paro amotinado y cuando lo miro, estaba todo enrollado haciéndose el dormido, “DEJA LA VAINA” le dije, me duermo y al raaaaaato siento que me tocan la cabeza y me levanto volteando hacia donde estaba y esta vez si grite “QUE VAINA ES, ME TIENES ARRECHO YA” sorpresa la mía, el marico se había bajado no se en donde y esta vez era una señora que se estaba pasando para el puesto desocupado, que pena!!! “HIJO QUE LE PASA, LO TROPECÉ SIN QUERER”, le eche el cuento y nos reímos los dos pero de pana me dio burda de pena.
Caso 3: venía de Barquisimeto a Punto Fijo y me tocó un puesto del lado de la ventana, como a mi me gusta y estaba esperando a ver quien se sentaba a mi lado, cuando miro es una chama de rostro simpático y pensé en que por lo menos la pegue y no era nada raro esta vez, al sentarse le saco conversación y le pregunte que estudiaba y bueno echando cuento con ella me di cuenta de que la chama tenía muchos problemas y empieza a contarme entre sollozos sus rollos, de verdad su historia no era nada fácil, tanto así que íbamos por San Felipe y ella seguía contando y contando, ya entrando a Morón (como 3 horas de carretera) el sueño me estaba atacando muy fuerte, venía de varias rumbas y al otro día entraba a primera hora en clases en la universidad, a ella no se le veía la mínima intención de parar de hablar de sus problemas de aceptación y del rechazo por el que ha pasado, entonces se me ocurrió pedirle su numero de cel para seguir luego con la terapia, me lo dio y enseguida lo anoté en el mío y para no ser descortés y dormirme dejándola hablando sola le dije que tenia mucho sueño pero que yo la llamaría y hablábamos luego en Punto Fijo, ERROR, se quedo callada un momento y allí si se desato y empezó: “VISTE QUE NADIE ME QUIERE ESCUCHAR, NADIE, SIEMPRE ES LO MISMO A NADIE LE INTERESA POR LO QUE YO HE PASADO, NO LE IMPORTO A NADIE, PENSE QUE ME PODÍA DESAHOGAR CONTIGO” y se ha soltado esa mujer a llorar a moco suelto, pero duro, esos eran alaridos los que pegaba, de mas está decir que no pude dormir ni un minuto en lo que restó de viaje, llegue durmiéndome a un examen de Mecánica de los Fluidos, ¿Por qué a mi?.
Caso 4: éste será el último que cuento porque esto se hizo mas largo de lo que esperaba, pero faltan al menos unos 4 casos más que recuerdo de momento, hace 6 días cuando viaje a Barquisimeto para el matrimonio de mi hermano (el de civil, el de la iglesia fue dos días después) me quedo en el Terminal y voy casi corriendo y pensando en lo increíble de que ésta vez no había tenido ningún percance, que había podido dormir placenteramente por el camino y que en un par de horas estaría en el matrimonio, me monto en el primer taxi que se ofreció, con el apuro me siento adelante sin poner el bolso en el asiento de atrás ni nada (tampoco era muy grande el equipaje), de repente cuando termino de negociar la carrerita y voy respirando el éxito de ese viaje, siento que se me mojan las piernas sobre las que tenía el bolso, lo toco por un lado y también está mojado, esperando que sea agua se me ocurre la grandiosa idea de oler la mano y de vaina vomito, QUE ES ESTO? Grite, un olor a pescado piche pero muy intenso, noooo, me toco las piernas y huelo, lo mismo, abro el cierre desesperado ya y meto la mano hacia el fondo del maletín y estaba toda la ropa mojada también, me provoco tirar el bolso por la ventana, el pantalón y la camisa que me iba a poner para la boda, también lleno de pescado, que rabia, no rabia es poco, que arrechera!!! Tuve que sacarle como 3 aguas a cada trapito de los que llevaba y hacer milagros para que se me secara el pantalón y llegar a tiempo para el evento. Seguro alguien metió en una caja o que se yo pescado que compró en Punto Fijo porque es más barato y se lo llevo congelado pero mal aislado. El colmo verdad jajaja.
Bueno como les dije lo dejo hasta aquí aunque hay más, espero haberles sacado al menos una sonrisa con estas anécdotas propias, saludos para todos, cual les pareció peor de todas? Les ha pasado algo similar en un viaje? Debe ser relajante para mí ver que no soy el único con mala suerte en estas travesías que me lanzo de vez en cuando.